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Analizando los factores clave de los Coworkings

Fecha: 27. noviembre 2019

Autor: Ramon Fusté

Los coworkings, también conocidos como oficinas compartidas, son una forma de trabajar que permite que diversos profesionales independientes provenientes de distintos sectores compartan un mismo espacio de trabajo, fomentando la colaboración, el networking y el trabajo en un espacio comunitario. Esto permite agrupar en un mismo lugar una serie de servicios (recepción, copistería, limpieza, telecomunicaciones…) que individualmente supondrían un coste muy elevado.

Un coworking funciona como un facilitador de recursos y procesos, hecho que genera un ambiente propicio para la creación de relaciones sociales y profesionales, desembocando en la posibilidad de nuevos e innovadores proyectos.

Durante los últimos años, el fenómeno del coworking está cogiendo mucha fuerza y popularidad en las principales capitales del mundo, alcanzando un crecimiento en porcentaje de espacios rentables de hasta el 40% y con un crecimiento esperado del 12% anual durante los próximos 4 años.

Al contrario de lo que muchos expertos pensaban cuando empezó a aflorar el negocio de los coworkings, los espacios de oficinas compartidas se rigen bajo las mismas normas que el resto de empresas y que, al fin y al cabo, la oferta y la demanda son las encargadas de determinar su éxito.

¿Y cuáles son los factores que más influyen en este crecimiento y rentabilidad?

Aunque no hay un librito con la fórmula perfecta para saberlo, vamos a intentar enumerar los que consideramos más importantes.

Evidentemente la vejez del espacio es un factor a tener en cuenta a la hora de determinar su éxito ya que, como sabemos, mientras más maduro es un sector,  más rentables y expertos son los agentes que lo operan. Aun así, confiar únicamente en el factor tiempo para conseguir el éxito es precisamente la forma de no conseguirlo, dado que la competencia será mayor y la cuota de mercado se va a reducir.

Las dimensiones del espacio es otro factor clave a la hora de conseguir nuestros objetivos, ya que mientras más grande sea el coworking, más capacidad de alojamiento dispondrá, hecho que comporta la posibilidad de beneficiarse de potenciales economías de escala y, obviamente, una mayor posibilidad de incrementar ingresos. El hecho de centralizar y compartir los servicios que se ofrecen, hacen que éstos sean más económicos.

Al aumentar la capacidad de alojamiento también estamos aumentando la posibilidad de obtener más clientes, otro factor a tener en cuenta para determinar su éxito. Los espacios pequeños y con poca afluencia tienen muchas más dificultades a la hora de conseguir beneficios a corto plazo, y la gran mayoría no los obtiene hasta después de su primer año de vida.

Otro factor es la localización del espacio, ya que existe una correlación directa entre la rapidez en conseguirlo hacerlo rentable y la superficie de la ciudad donde se ubica. Establecer un coworking en una zona con poca concentración de personas, o en una zona con una alta concentración de negocios similar, influirá a la hora de obtener resultados y puede hacer que la rentabilidad caiga notablemente, ya que a día de hoy hay grandes marcas en el sector, muy consolidadas, y que acaparan gran parte del público al que queremos dirigirnos.

El cliente es lo más importante, y más en un negocio como el del coworking: sin clientes no hay negocio. Según los estudios se demuestra que el 40% de los espacios que no acotan su público obtienen rentabilidades positivas, es decir, los espacios que no diferencian entre el nivel de ingresos, sector o género de sus clientes acaban siendo más rentables.

Diferenciarse de la competencia puede ser otro factor para llegar al éxito, ofreciendo otros servicios que aporten un beneficio extra al negocio como podrían ser oficina, despachos privados y salas de reuniones. Hay que ir con cuidado de no perder la esencia del que es el espacio del coworking, ya que éstos acostumbran a estar separados del resto del entorno. La clave se haya en encontrar el equilibrio, y poder ofrecer tanto oficinas privadas como espacios de trabajo flexible para maximizar los beneficios.

Otros factores que según los estudios pueden influir en la rentabilidad del negocio son tan variados como el género de la clientela (los coworkings con más hombres que mujeres son menos rentables), el género del gestor y, obviamente, la inversión realizada inicialmente y la reinversión de los beneficios obtenidos en mejorar el negocio.

Una vez enumerados los factores que influyen en la rentabilidad del coworking, nos gustaría recalcar el atractivo que tiene el sector y las ventajas que presenta este tipo de negocio: desde conexiones profesionales y fomento de nuevas ideas, a una mayor facilidad para encontrar clientes, mayores índices de productividad y una mayor flexibilidad financiera debido a su reducción de costes.

El coworking ha dejado de ser un nicho en el sector de los espacios de trabajo para convertirse en su presente y su futuro.

 

Fuentes: Raconteur, Social Workplaces y Deskmag.